domingo, 24 de noviembre de 2013

Grimh Animachatarra

En sus aventuras, hechos reseñables y excursiones a revolcarse en el lodazal cercano a AkinoTasTu, Ark no estaba solo. Eran varios los seres que se unieron a él y lo acompañaron o ayudaron en algunas de sus andanzas. Hoy os hablaré de uno de los Metraizionapoko de Ark, o,usando términos gnomicos, uno de sus amigos; o, mas bien, optando por una traducción menos romántica, secuaces.

El nombre del escurridizo ser del que os voy a hablar es Grimh y se trata, por supuesto, de un goblin. El aspecto de Grimh se caracteriza porque sus grandes orejas están mas caídas que las de otros goblins. Esto podría haceros pensar que se trata de un goblin triste o viejo pero la incógnita que os pueda suscitar esta peculiaridad quedará resuelta cuando os diga que las orejas de nuestro protagonista de hoy están totalmente llegan de sortijas, abalorios, puntillas y otros pequeños objetos metálicos. Os preguntareis “¿Existe un goblin lo suficientemente estúpido para hacerle eso a sus propias orejas?” La respuesta por supuesto es “¡Sí!”. Resulta que era la forma de Grimh de recordarle a todos que él era un artesano, ya que toda la basura que llevaba colgada de sus pabellones auditivos la había fabricado él mismo.

Grimh era el herrero de la aldea de AkinoTasTu. Había oído gorgotear de su oficio a su padre, el cual había escuchado balbucear al respecto a su abuelo, el cual juraba que lo había aprendido de un enano. Esta afirmación era puesta en duda por algunos pues en las colinas de GrogNak no hay enanos y los goblin no creen en extragroguenses. Tampoco ayudaba mucho que todo el mundo supiera lo que vale la palabra de un goblin. Si nos atenemos a las leyendas, los herreros enanos son conocidos por la calidad y versatilidad de sus herramientas, así como por practicar una magia que ellos llaman ingeniería y que les sirve para desvelar y controlar la verdadera naturaleza de los objetos que les rodean. Se cuenta que son capaces de modelar la materia a voluntad con este conocimiento. Grimh, como buen herrero goblin, era capaz de fabricar clavos y, en caso extrema necesidad, usar un martillo para unir cosas con ellos. Esto, como os podéis imaginar, hacia de Grimh en uno de los goblin mas poderosos del pueblo y por eso nadie se atrevía a poner en entredicho los balbuceos de su abuelo.


No obstante Grimh sospechaba, principalmente por las pintadas con sangre de conejo en su choza, que el resto de miembros de la aldea no tomaban en serio la ascendencia de sus conocimientos. Es por ello que estaba decidido a realizar una proeza de “ingeniería” goblin como nunca se hubiera visto. Así pues se encerró en su choza decidido a no salir de ella hasta haber desarrollado una poderosa arma que pudiese entregar a su Metraizionapoko Ark para que librase grandes batallas. Después de varias semanas, cuando aun no había tenido ideas sin las que quedarse, Grimh se hallaba golpeando con desesperación la cabeza contra una chapa metálica. Aquella chapa le proporcionó a nuestro protagonista un chichón y una idea cuando se fijó en la manera en que aquel viejo trozo de armadura orca se agitaba como respuesta a sus cabezazos. Fue así como Grimh inventó el muelle y el gran arma conocida como “Rocasorpresa”. Y fue varios días y tres goblin muertos después de aquello cuando Grimh le entregó aquel arma a Ark haciendo honor a su apellido “Grimh Animachatarra”.

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