¡Chicos! Me alegro de volver a veros. Venid, pasad por la barra y tomad vuestras bebidas, os voy a contar otra historia de vuestro héroe favorito.
Como todos sabeis, las mayores gestas siempre acaban con grandes momentos de gloria y honor para aquellos que las completan, pero deben estar tambien llenas de momentos agrios, momentos en los que el héroe está a punto de abandonar y no conseguir sus objetivos.
Este pudo ser el momento más decisivo de Ark, nuestro héroe, ya que demostró que no era un héroe como los demás.
Ark llevaba ya mucho tiempo en el camino. Derrotó a incontables enemigos, temidos conejos salvajes, de los cuales se alimentaba. Poderosos seres alados que emitian tenebrosos rugidos incómodos ruidos para los oidos de cualquier mortal. E incluso una vez derrotó a dos asaltantes goblin que intentaron robarle lo que llevaba.
En el momento en que los dos asaltantes lo amenazaron, el gritó y se lanzo a por ellos.
-¡¡AAARRRRRRRKKK!! -Gritó nuestro héroe levantando su nueva y reluciente arma por encima de la cabeza
-¿Do'de?¿Do'de?- Dijo el primer asaltante
-Yo kero un atografo- Dijo el segundo
Y con un golpe mortal pudo acabar con ambos enemigos.
Fue una dura batalla para Ark, pues por un momento estuvo tentado de buscarse a sí mismo por los alrededores, pero en un alarde de ingenio decidió buscarlo después de acabar con sus enemigos.
Tras horas buscandose, supuso que ya se habría ido, lo cual fue una desilusión, pues desde que se empezó a forjar su leyenda, siempre quiso conocer a ese gran héroe.
Iba a continuar con su camino cuando algo muy fuerte lo agarró y después todo estaba oscuro. Tras un rato en la oscuridad, decidió dormir.
Y de repente, un gran rugido lo despertó. Sobresaltado echo la mano a su espada, pero se la habían robado. Junto al resto de sus cosas. Se encontraba en una cárcel, lo supo por los barrotes que se encontraban a su alrededor. Su leyenda iba creciendo y sus enemigos tenían que encerrarlo para que no los derrotase, pero no iban a ser unos barrotes lo que echasen abajo al gran Ark no-tan-débil, el Tumbazeñorez.
Para narrar la batalla entre los barrotes de acero y Ark necesitaría dos noches completas, y aun así, me quedarían detalles que contar. Por suerte para esos barrotes, llegó un guardia y abrió la celda.
-¡Vamos goblin! Tu honor te espera en la arena.
Era... un Umano. Seres altos, blandos y asquerosos. Los mayores demonios que hayan existido. Las peores pesadillas de los niños goblin están protagonizadas por estos engendros, el mayor enemigo de todos.
Cada pasillo que cruzaban, hacía que los rugidos se hiciesen más fuertes. Cada esquina que giraban hacía que las piernas de Ark temblasen... Y detrás de la última esquina, una luz se vió al final del pasillo.
Cuando la atravesó, la luz cegó por un momento a Ark, y el rugido de la multitud casi lo deja sordo. El suelo era arena, como el de su ciudad, y estaba rodeado de mas Umanos, todos ellos invocando algún ser demoníaco con sus rugidos endiablados. Todos gritaban a la vez:
-¡¡Lothas, Lothas, Lothas!!
De repente, todo quedó en silencio, y una voz que surgía de todos lados y ninguno, dijo:
-¡¡Daaamas, y caballeros, niños y niñas. Bienvenidos a la Arena de Loooooothaass!! -Otra vez volvieron los rugidos. -Comenzaremos el evento de hoy con un pequeño calentamiento para nuestro heroe.- En ese momento Ark se creció. ¡Su leyenda era conocida entre los temibles humanos! O eso pensaba hasta que la voz continuó. -¡¡Esta mañana, nuestro heroe Nim, mago de nivel 1, se enfrentará a... un goblin!!
Del pasillo de enfrente apareció un humano, más bajito que los demás con unos "Ki'tale' de bidencia", como los llamaba el bidente, y un palo en la mano.
-¡¡Que de comienzo el combate!!
Ark se lanzó con toda su fuerza hacia su enemigo, pero un chorro de fuego lo golpeó en el pecho. Hubiese acabado con el, si la arena del suelo no lo hubiese apagado. Ark se encontraba muy débil, y los ojos se entrecerraban, cuando, del cinto del mago, vio la "pozión mágica curalotó" que su Metraizionapoco Vizco le había regalado.
Su oponente se giró, al ver que Ark no se levantaba, y levantó sus manos en forma de victoria. Ark aprovechó ese momento para levantarse con sus últimas fuerzas y correr hasta su enemigo. Cuando Nim se giró, ya era demasiado tarde. Ark golpeó su propio pie, esquivando el hechizo del joven mago, rodando y golpeando con una maestría a la que ningún goblin ha alcanzado jamás las rodillas de su enemigo. Cogió la "pozión mágica curalotó" y fue a bebersela, cuando se le resbaló de los dedos, cayendo encima de su enemigo.
Y cuando el frasco se rompió, explotó, causando una gran bola de fuego, que lanzó hacia atrás al joven goblin y matando a su oponente.
Pero las heridas de Ark eran demasiado graves. ¿Cómo salio vivo de esa Ark? Venid el próximo día y os lo contaré
Leyendas vivas del pueblo de goblins AkinoTasTu. Ark, Grihm y Vizco son por ahora nuestros héroes más destacables
domingo, 15 de diciembre de 2013
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Historia de una Incubación
Al mismo tiempo que Grimh Animachatarra partía hacia su primera aventura buscando el Norte, Vizco también comenzó su propia historia. Esta historia no llevará al joven Vizco fuera de AkinoTasTu, pero escuchadla atentamente.
Vizco corrió a cerrar la tapadera de su "ChozaDerVidente" y a destapar el objeto al que Grimh acababa de patear. Al quitar los sucios trapos con los que lo disimulaba, Vizco dejó a la vista un enorme huevo cubierto de escamas. Lo había descubierto hace poco, y escribió lo siguiente en su "IztoriaDeOy".
"Querido IztoriaDeOy, oy a pazao algo increible. Iba yo por los PicozDeTierra que rodean mi Aldea cuando vi un AgujeroDePared. Entré y vi ezto, un HuevoDeLagartoVolaor. "Drajón" lo llaman loz Orkoz en zu lengua chunga. Voy a criarlo y cuando me quiera zeré el mayor "CabalgadorDeLagartoz".
Como podés ver, los sueños de Vizco estaban bien fundados. Las leyendas de AkinoTasTu cuentan que una antigua sierpe habitaba esas PicozDeTierra(Montañas). Pero no todo saldría como Vizco pensaba:
Tan pronto como Grimh se marchó, Vizco comenzó su plan. Para que el LagartoVolaor creciera sano debía cuidarlo como los lagartoz normales cuidan a sus crías. Estuvo varios días observando cuidadosamente los hábitos de crianza de las lagartijas que poblaban AkinoTasTu. Y así se puso manos a la obra.
Primero, puso el huevo de LagartoVolaor debajo de su cama. Las lagartijas que él estuvo viendo los enterraban y se acostaban sobre ellos. Muchos días pasaron mientras el LagartoVolaor crecía, hasta que un día el huevo eclosionó. Tan pronto como el huevo empezó a agitarse Vizco comenzó sus delirios de grandeza:
"Aora zeré poderozo, cuando tenga mi LagartoVolaor entrenado todoz me zeguirán. Aré que Grimh me arrejunte una armadura to poderoza y Ark zerá mi ezcudero..."
Las imágenes de fama inmerecida y riquezas por encima de cualquier sueño goblin inundaban la mente de Vizco hasta que el huevo eclosionó. De su interior salió una criatura que mucho distaba de el poderoso "Drajón" que él esperaba. Una pequeña lagartija salió caminando torpemente de los restos del enorme huevo. La criaturilla miró a Vizco a los ojos, tiernamente... antes de morderle un dedo y casi quedarse con él.
Los sucesos siguientes los tendré que contar otra noche, ya que se hace tarde y vosotros, jovencitos, necesitan acostarse para poder llegar a ser como Ark.
Vizco corrió a cerrar la tapadera de su "ChozaDerVidente" y a destapar el objeto al que Grimh acababa de patear. Al quitar los sucios trapos con los que lo disimulaba, Vizco dejó a la vista un enorme huevo cubierto de escamas. Lo había descubierto hace poco, y escribió lo siguiente en su "IztoriaDeOy".
"Querido IztoriaDeOy, oy a pazao algo increible. Iba yo por los PicozDeTierra que rodean mi Aldea cuando vi un AgujeroDePared. Entré y vi ezto, un HuevoDeLagartoVolaor. "Drajón" lo llaman loz Orkoz en zu lengua chunga. Voy a criarlo y cuando me quiera zeré el mayor "CabalgadorDeLagartoz".
Como podés ver, los sueños de Vizco estaban bien fundados. Las leyendas de AkinoTasTu cuentan que una antigua sierpe habitaba esas PicozDeTierra(Montañas). Pero no todo saldría como Vizco pensaba:
Tan pronto como Grimh se marchó, Vizco comenzó su plan. Para que el LagartoVolaor creciera sano debía cuidarlo como los lagartoz normales cuidan a sus crías. Estuvo varios días observando cuidadosamente los hábitos de crianza de las lagartijas que poblaban AkinoTasTu. Y así se puso manos a la obra.
Primero, puso el huevo de LagartoVolaor debajo de su cama. Las lagartijas que él estuvo viendo los enterraban y se acostaban sobre ellos. Muchos días pasaron mientras el LagartoVolaor crecía, hasta que un día el huevo eclosionó. Tan pronto como el huevo empezó a agitarse Vizco comenzó sus delirios de grandeza:
"Aora zeré poderozo, cuando tenga mi LagartoVolaor entrenado todoz me zeguirán. Aré que Grimh me arrejunte una armadura to poderoza y Ark zerá mi ezcudero..."
Las imágenes de fama inmerecida y riquezas por encima de cualquier sueño goblin inundaban la mente de Vizco hasta que el huevo eclosionó. De su interior salió una criatura que mucho distaba de el poderoso "Drajón" que él esperaba. Una pequeña lagartija salió caminando torpemente de los restos del enorme huevo. La criaturilla miró a Vizco a los ojos, tiernamente... antes de morderle un dedo y casi quedarse con él.
Los sucesos siguientes los tendré que contar otra noche, ya que se hace tarde y vosotros, jovencitos, necesitan acostarse para poder llegar a ser como Ark.
domingo, 8 de diciembre de 2013
El relato de la botella evanescente
Acercaos y abrid vuestras orejotas
porque os voy a relatar la historia de la primera vez Grimh salió a
las carreteras y, tomando el ejemplo de Ark, dio el primer paso para
convertirse en un aventurero. Tal vez os cuente mas tarde como en ese
paso tropezó, cayó y quedo correspondientemente escarmentado por
intentarlo.
Esta historia comienza un día en que
nuestro protagonista volvía alegremente a su cabaña después de una
divertida tarde pateando elfos de las praderas y husmeando montones
de carroña. Grimh andaba engarzando un huesecillo en uno de sus
pendientes cuando entro en su morada. Rápidamente, 5 minutos
después, se percató de que algo había ocurrido. El nido de
escarabajos había cambiado de lugar y el montón de harapos que
llamaba cama estaba revuelto. Había pisadas llenas de barro por todo
el suelo y había tenido que saltar al entrar por la puerta por
encima del tocón que usaba como asiento. Alguien había entrado en
su choza. Sin duda el intruso era un maestro en el arte del sigilo
pero sus sutilezas no consiguieron engañar al raquitico intelecto de
Grim.
Entonces una duda asalto su mente
“¿Para ke ezporah kerria arguien entrá en mi shoza?”. La
búsqueda de la respuesta a esa pregunta no fue fácil. Pensó
durante largo rato una gran lista de intrincados motivos. Al pero al
final resultó que le habían robado. Escarbando entre los restos de
sus pertenencias se dio cuenta de que faltaba la botella donde
calentaba esquirlas de metal para forjar clavos.
Así pues se decidió a hablar con el
aprendedor de bidente para que intentase bisionar el paradero de su
botella de fuzion. La respuesta Vizco fue sacar una piedra de
adivinar y comenzar a mirarla mientras zarandeaba las maños entorno
a ella y decia:
-Zii, ya lo ziento. Veo argo. Ezta
ozcuro. Ze ezkushan tintineos. Pazos de fondo. Tu botella se aleha.
Ze pierde. Ya no eztá. Imagenez fragmentadas. Veo una dezdicha. Un
acontezimiento to shungo. Ziento como argo ze regquebraja. Kataplum.
Un problema de zalú. Zuerte con er dinero. Tu padre, tu padre tiene
algo de lo que gorgotearte dezde el otro lado. Zilencio, paz.
Felizidad. Fin.
Después miró a Grimh, extendió la
mano hacia el y le dijo:
-Zon kuatro priedraz brillantez.
Grimh no lo mató allí mismo porque
era metraizionapoko de Ark. Y mejor no meterse con lo metraizionapoko
de Ark. Asi que salió de la choza dandole una patada a un baulito
que había junto a la puerta. Se hizo daño en el pié.
Esto no ayudo para nada a Grimh, que
aun necesitaba una botella para poder seguir desarrollando su labor.
El sabia que en la aldea no había mas botellas así que se empleó
todos sus conocimientos de ingeniería para pensar una forma de
obtener otra. Sus conclusiones fueron tal que así: Todo el mundo
sabe que las botellas son burbujas. Dado que no se mueven es evidente
que son burbujas congeladas. Así pues Grimh decidió que debía
dirigirse al norte para buscar una botella en las estepas heladas. Y
corto y perezoso metió algunas cosas en un macuto y partió a su
primera aventura.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
La leyenda del arma forjada
Bueno chicos, en la última historia, Ark pudo vencer a tan fiero animal como es un "Rhatta". Acercáos y agarrad fuerte vuestras bebidas, pues hoy continuaremos con su fantástica aventura, y de cómo su nombre aun se canta en las noches de fiestas goblin.
Tráeme mi cerveza, y siéntate a mi lado, pues va a comenzar la siguiente parte de la historia, de cómo Ark agarró por primera vez acero de verdad.
Ark había vencido a su enemigo. El cuerpo del monstruo yacía sin vida sobre todas sus pertenencias. El tamaño de semejante criatura era sobrecogedor, e intentar moverlo era tarea imposible, incluso para alguien tan poderoso como Ark.
Lo único que le quedaba era la "pozión mágica curalotó" que Vizco le había entregado para su aventura. Su armadura estaba destrozada, pero aun cubría partes de su cuerpo...
"Aun pué ze uti" -pensó Ark, orgulloso de los restos que quedaban pegados a su piel.
Pasó horas buscando un nuevo arma, encontró piedras redondas y cuadradas, grandes y pequeñas, pero no le convencía ninguna... los palos de aquella zona no eran de su agrado. Eran demasiado poco pegajosos y cuando practicaba con ellos, se le caían de las manos. Debía encontrar algo para poder protegerse de las criaturas del camino. Y más aún, debía encontrar un arma para poder derrotar al guardián de la mazmorra.
Ark cogió un palo que se pegaba bastante bien a su mano, 3 piedras pequeñas y decidió pasar la noche en el interior de un árbol hueco.
A mitad de la noche, Ark escuchó un ruido cercano. Intentó agarrar las piedras, pero habían sido listas y se habían puesto en la parte de abajo del árbol, fuera del alcance de Ark. Casi no podía moverse, así que decidió calmar sus ansias de batalla y mantenerse quieto...
Eran orcos, dos, del tamaño de una montaña, caminaban en busca de algo... seguró que buscaban al "Rhatta" para incrementar la gloria del nombre de sus linajes. O al menos esos eran los pensamientos de Ark.
-"Keo ke kamparemoz aki" -Dijo uno de ellos
-"Kalla, tu no zer lider de yo. Aki zer mejor zona de akampar"- Le respondió el otro.
-"¿Kien kreer tu ke zer para dar yo ordenez? ¡Agh! ¡No volver a hablar azi o deztruirte aki mizmo!
-"¡Deja hablar tu, nenaza! ¡Zaca tu hacha y honrala conmigo!"
En ese momento, Ark, por primera vez en su vida, sintió miedo. Cuando las hachas de ambos seres golpearon, el mundo tembló. No quería encontrarse en medio de un enfrentamiento de sus señores, tenía que salir de ahí.
Comenzó a trepar por el interior del árbol, con todas sus fuerzas. Mientras, los enormes señores de la guerra se golpeaban, una y otra vez, con una fuerza titánica. Sin duda alguna, eran los seres más poderosos de todas las tierras conocidas.
Trepó hasta que sus brazos le quemaban, y después siguió trepando, hasta que llegó a la parte de arriba. Desde allí era inalcanzable, y todo su temor se disipó. Ya no temía a sus señores, pues desde allí no parecían más grandes que Ark.
"Heh, túpidoz orcoz, no zon maz que goblinz verdez de'de ki" -Dijo Ark desde su situación.
Pero en ese momento, uno de los orcos clavó su hacha en el pecho del otro, y lanzándolo hacia el tronco en el que se encontraba nuestro héroe.
Y lo demás... fue muy rápido. Todo tembló, y Ark perdió el equilibrio. Agarró su arma con las dos manos mientras caía gritando su nombre.
Y en ese momento... notó que había caído sobre una montaña verde y perdió el conocimiento.
A la mañana siguiente se despertó encima del cuerpo inerte de una de esas bestias. En un alarde de heroicidad y destreza, su arma atravesó el ojo del gran y poderoso orco, que había mirado hacia arriba al escuchar la intimidante voz de Ark. Cuando se levantó no pudo recuperar su arma, pero vio en el cinto de una de aquellas bestias, una gran espada de acero de verdad.
El acero forjado. Nada tenía que ver con las armas naturales que los árboles les daban. Estas armas eran conocidas por su destrucción, y en las manos equivocadas, podría causar catástrofes. Legendarias armas capaces de matar a los enemigos de un solo golpe.
Ark no desaprovechó la oportunidad. Se estableció junto a sus señores (que cada vez olían peor) y entrenó día y noche.
Al cabo de una semana, era capaz de levantar la espada con ambas manos sin que se le cayese. Su camino hacia el heroismo se forjaba poco a poco.
Con ambas manos cogió el arma, tomó prestada la comida de sus señores, su poción y continuó su camino.
Y así ganó su segundo nombre. Ark, el no-tan-debil, el tumbazeñorez
Vizco, Aprendedor de Bidente de Akinotastu
En las Leyendas de AkinoTasTu, no se ha visto un héroe más grande y poderoso que Ark. Y eso se sabe por las hermosas pinturas que van adornando el "Notisiero del Jéroe". El llamado "Notisiero del Jéroe" no es más que un fragmento del muro ruinoso del pueblo destruido sobre el que se asienta AkinoTasTu. Sobre esa pared, los hechos memorables de los habitantes de AkinoTasTu se van registrando mediante las pinturas del mejor artista de la época. Como en AkinoTasTu nunca ha habido un Jéroe(ni nada digno de mención, "si Goblin eres, Goblin morirás..."), el "Notisiero" había permanecido en blanco hasta la aparición de Ark.
Pero en toda buena historia y todo buen héroe necesita de ayudantes, secuaces o Metraizionapoko en el caso de AkinoTasTu. Aunque ya conocéis la historia de Grimh Animachatarra, debo contaros la historia de Vizco. Permitid que empiece con su nombre completo: "Vizco, hijo der Tue'to, hijo der Siego, Aprendedor de Bidente".
Vizco es un goblin normal, total y completamente tonto(a ratos), como la media. Pero dejando la estupidez del pobre a un lado, recalquemos su herencia. Como la familia más longeva de AkinoTasTu(Tres generaciones, cágate), les habían concedido el derecho a ser los Bidentes de la aldea. Su trabajo consistía en dar el parte meteorológico de la siguiente forma: Si la piedra que tenían colgada de un palo frente a su choza estaba mojada, era un día de AguaKeKae y si estaba seca era un día de ToZeco, mientras que si la piedra se movía de un lado para otro era un día de BientoFuriozo. Además de ser los encargados de aconsejar a sus pares como consejeros espirituales.
Tal y como su nombre indica, Vizco era bizco, aparentemente el defecto ocular era de familia. Era más bajito que la media, con una coloración azul oscura. Escuálido como casi ningún otro y una cabeza bastante más grande que la del resto de sus compañeros.
Vizco, como su padre, y el padre de su padre antes que él, estaba de Aprendedor del oficio familiar. Pero Vizco había nacido con un poder especial: Era capaz de hacer magia. Permitidme que os aclare, la magia que hace Vizco es poco común, es una magia que ningún Goblin jamás igualará... De vez en cuando, su cerebro se aclara y piensa al nivel de un humano tonto. Eso explica el por qué de muchas cosas, pero crea nuevos interrogantes que ya aclararemos.
Como Aprendedor de Bidente, su trabajo era ayudar a Ark como consejero espiritual. Justo antes del último viaje de Ark(y después de un momento especialmente efectivo de "PienzaMejor"), Vizco habló así:
-"Poderozo Ark, el mejor guerero de AkinoTasTu. Tu camino eztará lleno de poblemaz, mu' chungoz. Por ezo yo, como Aprendedor de Bidente, te ayudaré donde eze Animachatara no puede. Toma ézta pozión mágica curalotó"-
Blue Goblin by Hydrart |
El regalo era magnífico. Una botella de cristal(anteriormente sustraída de Grimh Animachatarra) llena de agua que previamente había filtrado con un trapo sucio. Y eso significaba una botella taponada, con un agua turbia... Y aún así, era el agua más pura de unos 500km a la redonda en esta tierra pantanosa llamada GrogNak. Por esas ideas tan brillantes, Vizco era considerado un auténtico Bidente.
Ésta es la historia de Vizco, Aprendedor de Bidente de AkinoTasTu.
martes, 26 de noviembre de 2013
La leyenda de la mazmorra oscura
¡Pasad! ¡Pasad! ¡Aun queda algo de sitio al fondo! Os sirvo una cerveza enana para refrescaros mientras cuento la siguiente historia sobre nuestro héroe, Ark.
Pequeño y jóven Ark, valiente como ninguno, decidió aventurarse dentro de una mazmorra. La mayor aventura a la que jamás un goblin osaría a realizar.
Según contaba la leyenda, el aventurero que allí explorase, podría salir con alimentos para toda una aldea durante años. Sólo tendría que derrotar al guardián de la misma.
Ark agarró su mochila, y guardó en ella pan duro, dos piedras y el arma que Grihm Animachatarra le había confiado, "Rocasorpresa", lo que muchos llamaban magia, o brujería, el lo llamaba "ingrenieria".
Ark se lanzó a la aventura. Cogió su armadura, su palo y comenzó a andar. Pero no todo iba a ser bueno en la historia de Ark. En el camino, un monstruo enorme. A la bestia, poco después la dibujaría Shim El Artista, el mejor dibujante de AkinoTasTu.
El monstruo, "Rhatta" conocido por muchos en el pueblo de Ark, era un ser temido. A los niños malos de la aldea se los llevan por la noche y no se les vuelve a ver.
Los dientes de la criatura son afilados y enormes, capaces de arrancar la carne del hueso sin ningun problema, y una cola enorme, capaz de arrasar una aldea goblin con un solo movimiento. Muchas son las ciudades goblin que han caido a manos de estas criaturas.
Sus ojos rojos como la sangre, contrastaban con el pelaje blanco del enemigo. No todos los "Rhattas" son ulpinos, como se le llama a las criaturas con este pelaje, pero eso no importaba. Ark también tenía los ojos rojos y a veces llevaba ropajes de color claro.
Ark no se asustó. Sabía que en algún momento tendría que enfrentarse a alguno de sus mayores horrores. Sacó su espada y la esgrimió delante de la criatura.
"¡En guadia moztuo!" gritó Ark, en su común más perfeccionado, y se lanzó al ataque.
La batalla duró una eternidad, Ark lanzaba estocadas, y el "Rhatta" se defendía mordiendo al arma.
Al final, la atrapó entre sus fauces y se partió por la mitad. Ark estaba acabado... estaba perdido, el monstruo se lanzó a por él, se consiguió apartar y cayó sobre la mochila de Ark. Todo acabó con un fuerte "PLANK!!" una piedra atravesó a la criatura por el estómago y la bolsa de Ark simplemente fue totalmente destruida.
"Recueda ezte nome kiatuda... Ark no-tan-debil" -Fueron las últimas palabras de Ark antes de seguir con su aventura, dirección a la gran mazmorra oscura.
domingo, 24 de noviembre de 2013
Grimh Animachatarra
En sus aventuras, hechos reseñables y
excursiones a revolcarse en el lodazal cercano a AkinoTasTu, Ark no estaba solo. Eran varios los seres que se unieron a él y lo
acompañaron
o ayudaron en algunas de sus andanzas. Hoy os hablaré de uno de los
Metraizionapoko de Ark, o,usando términos gnomicos, uno de sus amigos; o, mas bien, optando por una traducción menos romántica, secuaces.
El
nombre del escurridizo ser del que os voy a hablar es Grimh y se
trata, por supuesto, de un goblin. El aspecto de Grimh se caracteriza
porque sus grandes orejas están mas caídas que las de otros
goblins. Esto podría haceros pensar que se trata de un goblin triste
o viejo pero la incógnita que os pueda suscitar esta peculiaridad
quedará resuelta cuando os diga que las orejas de nuestro
protagonista de hoy están totalmente llegan de sortijas, abalorios,
puntillas y otros pequeños objetos metálicos. Os preguntareis
“¿Existe un goblin lo suficientemente estúpido para hacerle eso a
sus propias orejas?” La respuesta por supuesto es “¡Sí!”.
Resulta que era la forma de Grimh de recordarle a todos que él era un
artesano, ya que toda la basura que llevaba colgada de sus pabellones
auditivos la había fabricado él mismo.
Grimh
era el herrero de la aldea de AkinoTasTu. Había oído gorgotear de
su oficio a su padre, el cual había escuchado balbucear al respecto
a su abuelo, el cual juraba que lo había aprendido de un enano. Esta
afirmación era puesta en duda por algunos pues en las colinas de
GrogNak
no hay enanos y los goblin no creen en extragroguenses. Tampoco
ayudaba mucho que todo el mundo supiera lo que vale la palabra de un
goblin. Si nos atenemos a las leyendas, los herreros enanos son
conocidos por la calidad y versatilidad de sus herramientas, así
como por practicar una magia que ellos llaman ingeniería y que les
sirve para desvelar y controlar la verdadera naturaleza de los
objetos que les rodean. Se cuenta que son capaces de modelar la
materia a voluntad con este conocimiento. Grimh, como buen herrero
goblin, era capaz de fabricar clavos y, en caso extrema necesidad, usar un
martillo para unir cosas con ellos. Esto, como os podéis imaginar,
hacia de Grimh en uno de los goblin mas poderosos del pueblo y por
eso nadie se atrevía a poner en entredicho los balbuceos de su
abuelo.
No
obstante Grimh sospechaba, principalmente por las pintadas con sangre
de conejo en su choza, que el resto de miembros de la aldea no
tomaban en serio la ascendencia de sus conocimientos. Es por ello que
estaba decidido a realizar una proeza de “ingeniería” goblin
como nunca se hubiera visto. Así pues se encerró en su choza
decidido a no salir de ella hasta haber desarrollado una
poderosa arma que pudiese entregar a su Metraizionapoko Ark para que
librase grandes batallas. Después de varias semanas, cuando aun no
había tenido ideas sin las que quedarse, Grimh se hallaba golpeando
con desesperación la cabeza contra una chapa metálica. Aquella
chapa le proporcionó a nuestro protagonista un chichón y una idea
cuando se fijó en la manera en que aquel viejo trozo de armadura
orca se agitaba como respuesta a sus cabezazos. Fue así como Grimh
inventó el muelle y el gran arma conocida como “Rocasorpresa”. Y
fue varios días y tres goblin muertos después de aquello cuando
Grimh le entregó aquel arma a Ark haciendo honor a su apellido “Grimh
Animachatarra”.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Ark, el no-tan-débil
Sentaos alrededor del fuego chicos, tomad una cerveza y acomodáos, pues os voy a contar una gran historia.
Esta historia no es sobre archimagos capaces de convocar a los elementos a voluntad, o héroes que rescatan princesas a diario.
Esta es una historia de superación, de proezas, pero sobre todo, de goblins.
Nos encontramos en las colinas de GrogNak, al norte de las tierras del Señor Orco Grum'Nash. Allí encontramos una pequeña aldea goblin llamada AkinoTasTu.
En esta aldea encontramos a nuestro... sí, podemos considerarlo nuestro héroe particular. Un pequeño goblin color tierra con los ojos rojos como la sangre llamado Ark.
He de deciros, chicos, que en la mitología goblin, los colores de los ojos no influyen para nada, pero en la mitología orca, los ojos rojos implican vida de servitud y fuerza, lo cual es bastante probable que lleve a una cruel muerte en batalla al poseedor de estos ojos (como la mayoría de los colores en la mitología orca)
Cuando aun no era más que un niño, los padres de Ark fueron mandados a una guerra por los derechos de las tierras del Sur, algo muy común en la época. Grum'Nash reclutaba al día cientos de goblin que daban su vida orgullosos por los mejores pantanos de la zona.
Pero Ark no quería correr el mismo riesgo que sus padres, amigos y hermanos. Así que decidió entrenar sus artes de combate. Desde pequeño, ya entrenaba con las ramas rotas de los árboles, a modo de espada.
Tras varias semanas de entrenamiento, ya era capaz de lanzar dos estocadas seguidas sin caer, y no solía equivocarse de mano al coger la espada. Había nacido para ello.
Una vez se volvió un maestro de la espada (cuentan las leyendas que consiguió matar a un conejo, que estaba encerrado en una jaula) decidió explorar nuevos campos, así que ató una piedra al final de un palo y comenzó a entrenar con la maza.
Fue una semana triste en GrogNak. Cuatro goblins murieron mientras él entrenaba, al no poder controlar tan poderosa arma, y dos casa fueron destruidas hasta los cimientos. Juró no volver a agarrar ese arma demoníaca.
Cuando llegó su hora, agarró las mejores cortezas de los árboles de los alrededores y se confeccionó la armadura goblin más fuerte que nadie jamás había visto por aquellas tierras. Cogió su espada y marchó a la batalla.
Pasaron semanas, meses, sin que nadie supiese de Ark. Pero un día volvió. ¡Ark estaba vivo! Morir en la batalla era algo glorioso, pero sobrevivir a una era algo prácticamente imposible. La mayoría perecían en el camino, comiendo alguna baya venenosa (o no) o por ataques de animales salvajes, como águilas, perros o serpientes. Pero él había vuelto. Y con un nombre. Ark, el no-tan-débil
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